¿Realmente somos productivos?

Resultado de imagen de productividadEs muy común que las personas se
quejen de que tienen una gran carga de trabajo y de que, a su vez, no disfrutan
todo lo necesario de su vida personal. No me atrevo a generalizar, pero
considero que esta percepción se debe, en parte, a causas exógenas a la persona
(centradas en la organización y su entorno), pero, también, por otra parte, a
causas endógenas (centradas en la propia persona).

Muchas organizaciones son
conscientes de que tienen que propiciar la conciliación de la vida profesional
y la vida personal de sus empleados con el fin de incrementar su satisfacción y
compromiso, -si bien sin que merme su productividad-, y para ello, van
introduciendo paulatinamente medidas de flexibilidad laboral y teletrabajo.
Medidas que, por otra parte, pueden no ser efectivas cuando los valores
culturales reales de preceptismo y control de estas organizaciones realmente siguán
arraigados.

Productividad personal

Otra vía de trabajo es ayudar a
que los propios empleados ganen en productividad
personal
. Para ello se desarrollan programas de productividad personal cuyo
objetivo básico es aportar pautas que permitan al empleado priorizar y
planificar sus procesos de trabajo de la forma más eficiente y eficaz,
aprovechando al máximo sus habilidades personales y el tiempo del que disponen.
Pero la eficacia de estos programas depende de si se logra conciliar dos
objetivos: conseguir un mayor rendimiento laboral y ganar en calidad de vida personal,
racionalizando el tiempo y el esfuerzo que la persona dedica a los asuntos
laborales.

Para ganar en productividad
personal hay que trabajar con una doble perspectiva.

Una de ellas, obviamente, es la perspectiva de proceso: ¿planificamos nuestro
trabajo antes de comenzar?, ¿sabemos que es realmente lo más importante y lo urgente
de nuestro trabajo?, ¿tenemos la información bien organizada?, ¿aceptamos las
prioridades dadas e impuestas por otros?,¿somos conscientes de nuestros resultados?…

La otra es la perspectiva personal: ¿tendemos a
realizar las actividades más placenteras para nosotros y posponer las más
complejas o aburridas?, ¿somos conscientes de nuestras capacidades para
realizar las diferentes tareas a lo largo del día?,¿soy consciente de cuando es
mi franja horaria de mayor productividad?, ¿soy asertivo cuando me pasan un
trabajo o me solicitan un favor que me dará, cuanto menos, más carga de
trabajo?

Jean de la Bruyère decía la
ingeniosa frase de que “los que emplean mal su tiempo son los primeros en
quejarse de su brevedad”. Pero la pregunta que surge de ello es la siguiente: ¿por
qué emplean mal su tiempo: por su falta de método o por su personalidad?

La vertiente de proceso de la productividad personal

Abordar la perspectiva de proceso
para mejorar la productividad personal es totalmente necesario.

Requiere, trabajar en tres aspectos secuenciales:

a)      
Tomar consciencia de las responsabilidades que
uno tiene, que es aquello que podría hacer mejor o, incluso, no debería hacer.

b)     
Asumir la responsabilidad de desarrollar las
tareas relevantes de una forma práctica y programada.

c)      
Convertir esa responsabilidad de trabajo asumida
tras saber que es lo realmente esencial (importante y urgente) y como ha de
hacerse convertirlo en hábitos de trabajo.

Desde esta perspectiva de proceso, conocemos muchas técnicas para
ayudar a la persona a ganar en productividad:

·      
Analizar a que dedicamos el tiempo,
diferenciando las actividades ligadas a las áreas de responsabilidad y
objetivos esperados de aquellas que son accesorias.  Este análisis nos permite discernir, -siguiendo
la matriz de Stephen Covey-, lo urgente de lo importante y de aquello que
hacemos que realmente no es necesario o nos roba tiempo de los prioritario. Este
tipo de ejercicio es necesario; para ello, se necesita rigor y perspectiva en
el tiempo para hacerlo correctamente.

·      
Invertir tiempo en planificar mensual, semanal y
diariamente el trabajo, de forma realista. La actividad laboral es una madeja
que se complejiza con el tiempo y, de vez en cuando, es necesario devanarla.

·      
Organizar la información que nos llega por todas
partes en carpetas útiles para nosotros. El modelo GTD de David Allen no ayuda
en este sentido. Pero, como lo anterior, requiere rigor.

·      
Trabajar los famosos “ladrones del tiempo”
(llamadas, correos electrónicos, vistas imprevistas…) con racionalidad y como
mejor te convenga para tus objetivos profesionales y vivencia personal.

Como he comentado antes, estas
sencillas técnicas no serán eficaces si no se hacen con rigor y se convierten
un hábito.

Trabajar la productividad
personal desde la perspectiva de proceso suele verse en muchos cursos de
gestión del tiempo, -que suelen venir acompañados de agendas (ahora ya
digitales)-, que nos ayudan a organizar y controlar nuestras tareas. Sin
embargo, no es suficiente si no se tiene en cuenta la perspectiva que surge de
los rasgos personales del ser humano con sus actitudes y habilidades.

La vertiente humana de la productividad personal

La primera pregunta que hemos de
hacernos es: ¿por qué sabiendo que podría hacer las cosas mejor para disponer
de más tiempo para mí, para pensar… no lo hago?

Y es que más del 80% de las
situaciones diarias en las que estamos involucrados, tienen que ver
directamente con nuestra “zona de confort”.
Es lo que controlamos o solemos hacer y nos resultad difícil plantearnos el
redefinirlo. Trabajamos en “automático” y tenemos los resultados de forma
automática.

Sino salimos de nuestra de zona
de confort y trabajamos nuestra área de desarrollo nunca podremos esperar mejorar
en productividad personal. Por mucha técnica de análisis de nuestra situación en
el desarrollo de nuestras tareas que hagamos, sino adoptamos una actitud de
proactividad no lograremos progresar.

Para salir de la zona de confort,
-con tantos hábitos internalizados como tenemos-, a veces es necesario meter
las nuevas rutinas paulatinamente para no entrar en zona de pánico y ansiedad.
Pero, si queremos ganar en productividad personal hemos de conocernos y ser
proactivos para mejorar.

Otro aspecto que influye mucho en
la productividad personal es lo que se ha denominado la “procrastinación”. Lo
que nos parece difícil, nos gusta menos o es más largo de ejecutar en el
tiempo, lo dejamos para lo último. Son lo que denominamos “sapos” Los sapos
pueden ser o no ser muy importantes, pero no suelen ser una actividad
placentera o dinámica que apetezca afrontar. Sin embargo, lo importante es
quitárselos de encima cuanto antes: en el momento más productivo del día. Aunque
a veces, si los sapos son de otros y no te corresponden, también, hay que
sabérselos “quitar de encima”.

Ello, me lleva a otro aspecto
importante de la vertiente humana de la productividad personal. Para poder ser
productivo hay que saber gestionar las
relaciones interpersonales eficazmente
. Por ejemplo, a muchas personas les
cuesta gestionar una petición extemporánea y se van cargando de
responsabilidades que no le son inherentes o, siéndoles, las priorizan sobre
otros temas que son más urgentes o importantes.

Para poder ser
productivo hay que desarrollar habilidades de interrelación interpersonales
como, por ejemplo, las siguientes:

·       Ser empático. Y ello, para entender la
importancia que representa para la otra persona la ayuda que te solicita o por
qué te pasa una tarea que, a priori, no te corresponde. Pero ser empático no
significa ser “simpático” y cargarse de todo lo que te van pasando. A veces,
por nuestra personalidad, queremos quedar bien y evitar hipotéticos conflictos,
cargándonos de monos que no corresponden.

·       Ser asertivo. Para poder responder
adecuadamente a la solicitud de un colaborador, compañero o jefe. Ser asertivo
no significa decir que no, sino es necesario. Ser asertivo significa poder
gestionar tu prioridad frente a la de los otros de forma objetiva.

·       Saber influir positivamente. Poder
lograr que otros asuman tus necesidades de apoyo precisa una comunicación que les
acerque de forma abierta a tus intereses.

(Articulo publicado en Capital Humano en noviembre de 2016)

Antonio Peñalver

3 comentarios en “¿Realmente somos productivos?”

  1. En cuanto a la carga de trabajo que cita en el primer párrafo creo que ciertamente llega a encontrarse en una balanza las causas exógenas y endógenas, no obstante debería el trabajador de hoy en día poder disfrutar de mejores horarios para lograr conciliar su vida laboral y personal. Es necesario contar con trabajadores motivados para lograr una mayor eficiencia y conseguir una mayor productividad personal y laboral.

    Los programas de Productividad personales como bien cita, su objetivo básico es aportar pautas que permitan al empleado priorizar y planificar sus procesos de trabajo, pero no nos olvidemos que al fin y al cabo esto solo ha de otorgarse a trabajadores que realmente aporten productividad y puede llegar incluso a presionar al personal a la obtención de resultados. Aumenta la responsabilidad.

    En cuanto a la Zona de confort, tras mi experiencia y lo comentado en el aula, creo que estamos obligados a salir de ella. No hay crecimiento PERSONAL Y PROFESIONAL dentro de la zona de confort.

    Coincido en que la empatía, asertividad y la influencia positiva son habilidades claves para aumentar la productividad.

    Luis Mª Prada Perrote
    Alumno UAH – ADE

  2. Me resulta muy interesante el articulo, pero deja tantos puntos a debatir, como por ejemplo, que aún en las empresas el paternalismo esta bien visto. Me da la sensación que no se nos controla constantemente, si no se nos prohibe tajantemente realizar ciertas acciones, no somos capaces de controlarnos.
    Otro punto a debatir, y para mi muy importante es el de las relaciones interpersonales. No se sabemos ser empáticos ni asertivos, hay veces que dudo de si algunas personas conocen el significado de dichas palabras. No hay compañerismo, y si la medalla se la puede llevar solo una parte de las implicadas, pues mucho mejor.

    Madalina Pricna
    Alumna de la Universidad de Alcalá

  3. Realmente considero que la productividad va ligada al saber hacer las cosas y, o dirigir bien, o ser bien dirigido. Depende de ciertos procesos y conocimientos, porque la productividad no deja de ser un proceso por el cual se hacen bien las cosas, y de manera efectiva.
    Yo encuentro algo muy relevante y es que la gente debe sentirse involucrada con su trabajo. Y Douglas McGregor definía a la perfección cómo se debe tratar a los empleados si quieres ser un buen jefe, un buen líder.

    Y, ojalá todos los empleados se sintieran tan agusto como en el escenario de la Teoría Y que consideraba McGregor:

    "Teoría Y

    Frente a la Teoría X, plantea una visión alternativa de los seres humanos frente al trabajo. Su conjunto de supuestos respecto a la motivación humana es:

    El trabajo, físico o intelectual, es tan natural como el juego o el descanso. La persona media no tiene rechazo al trabajo, al contrario, puede disfrutar y conseguir satisfacción con él.
    El ser humano puede dirigir sus esfuerzos hacia la consecución de objetivos de la organización sin controles ni amenazas, ejerciendo el autocontrol.
    El hombre y la mujer medios, bajo ciertas condiciones, no solamente aceptan sino que buscan responsabilidad. Huir de la responsabilidad es producto del aprendizaje de cada uno, no es consustancial a la naturaleza humana.
    La imaginación, la creatividad y el ingenio son cualidades propias de la mayor parte de las personas, pudiendo ser utilizadas para generar soluciones a los problemas de la empresa.
    Con frecuencia, únicamente se utiliza un pequeño porcentaje de la potencialidad intelectual del ser humano."

    El factor humano es el más importante de todos, incluso más que la tecnología, que no deja de ser un apoyo para la mano de obra… y creo que los RRHH deberían impulsar estas ideas para la mejora de la productividad.

    https://www.aiteco.com/teoria-x-y-teoria-y-de-mcgregor/

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