El modelo de Desarrollo Profesional

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El desarrollo
profesional es el proceso por el que las personas progresan en las
organizaciones a través de una serie de etapas caracterizadas por distintas
tareas de desarrollo, actividades y relaciones.

Es importante señalar
que existen diferentes modelos de desarrollo profesional y que la literatura de
investigación no se pone de acuerdo sobre cuál es el mejor.

A continuación, presento
tres clases de modelos:

1.       Modelos de ciclo
de vida.

Según Blake,
indican que los trabajadores hacen frente a tareas de desarrollo en el
transcurso de su profesión; pasan por distintas etapas personales o
profesionales.

2.    Modelos
basados en la organización.

Concepto
analizado por Pineda, que señala que también las profesiones pasan por varias
fases, sin embargo, afirma que el desarrollo profesional implica aprendizaje de
los trabajadores para realizar tareas definitivas. Cada etapa supone cambios en
las actividades y en las relaciones con compañeros y jefes.

3.    Modelo
del patrón de dirección.

Para Driver, es
un modelo que describe cómo contemplan las personas su profesión; cómo deciden
sobre la rapidez con que quieren avanzar por las etapas profesionales y en qué
punto desean regresar a una fase anterior.
Por ejemplo,
algunos trabajadores planifican permanecer en un determinado puesto o empleo
durante toda su vida y no entra en sus planes cambiar de trabajo; tiene un
concepto lineal de sus profesiones.
Otros empleados
consideran sus profesiones como una espiral: permanecen durante un tiempo en un
determinado puesto o empleo y luego pasan a un área completamente diferente. Un
buen ejemplo son los asesores de dirección que trabajan en el proyecto de una
empresa durante varios años y, cuando está terminado, se trasladan a otra
compañía con un proyecto completamente distinto.
Los investigadores
suelen reconocer cuatro etapas profesionales (introducción, crecimiento,
madurez y maestría) caracterizadas por distintas tareas de desarrollo,
actividades y relaciones. La investigación apunta que la etapa profesional en
que se encuentran los trabajadores influye en sus necesidades, actitudes y
conductas laborales.
Por ejemplo, Slocum y
Cron indican según un estudio, que el grado de identificación de los empleados
con su trabajo está más influido por las características del puesto (variedad
de tareas o responsabilidad en su ejecución) en las primeras etapas
profesionales que en las últimas.
La edad y la antigüedad
en el puesto de trabajo son buenos indicadores de la etapa profesional en que
se encuentran los trabajadores. Sin embargo, considerando únicamente estas dos
características, se llegaría a conclusiones erróneas sobre sus necesidades profesionales.
Sirva el ejemplo de Otte
y Hutcheson, que señalan que muchos de los cambios que los trabajadores más
antiguos realizan en sus profesiones implican un reciclaje hacia una etapa
profesional anterior, lo que supone cambiar la actividad laboral principal
después de haber permanecido en un campo específico.

El reciclaje va
acompañado de una reexploración de valores, habilidades, intereses y
potenciales oportunidades de empleo. También es frecuente en las personas que
consideran realizar cambios en sus carreras profesionales, mantener entrevistas
informativas con directivos y otros empleados que ocupan puestos en áreas
funcionales que creen que pueden ser coherentes con sus intereses y actitudes.

Adaptado de Noe,
Hollenbeck, Gerhart y Wright (1994), a continuación, describo las diferentes
etapas del Desarrollo profesional:
    
Etapa de incorporación:
Cuando se
aproxima el acceso al mundo del trabajo, los individuos intentan identificar el
tipo de trabajo que les interesa considerando sus intereses, valores y
preferencias laborales, solicitando información sobre puestos de trabajo,
profesiones y empleos de conocidos, amigos y familiares y centrándose
posteriormente en la formación o el aprendizaje necesarios.
En España, la
etapa de incorporación tiene lugar entre los dieciséis y los treinta años y
continúa cuando se empieza en un nuevo puesto de trabajo. En la mayoría de los
casos, los empleados nuevos en un trabajo no están preparados para encargarse
de las tareas y roles del trabajo sin la ayuda y dirección de otros; en muchos
trabajos se les considera aprendices.
Según Ernst
& Young, desde la perspectiva de la empresa, para que los nuevos
trabajadores puedan empezar a contribuir a los objetivos de la organización,
necesitan actividades de orientación y socialización que les ayuden a sentirse
lo más a gusto posible con sus nuevos compañeros y tareas.
    
Etapa de crecimiento:
Durante este
período, los individuos encuentran su lugar en la empresa, realizan una
contribución independiente, consiguen mayor responsabilidad y éxito financiero
y establecen un estilo de vida atractivo.
Como indica Luis
Puchol, les interesa ser vistos como contribuidores al éxito de la compañía y,
a través de una interacción informal con compañeros y jefes y de un feedback
recibido por medio de un sistema de medición del rendimiento, descubren cómo se
valoran sus contribuciones.
La empresa debe
desarrollar políticas que ayuden a equilibrar los roles laborales y no
laborales de las personas que, durante esta etapa, también necesitan
comprometerse más activamente en actividades de planificación de carrera
profesional.
    Etapa
de madurez:
En esta fase,
las personas se preocupan por mantener actualizadas sus habilidades y por ser
percibidos como trabajadores que todavía realizan importantes contribuciones a
la empresa.
Tienen muchos
años de experiencia laboral, un amplio conocimiento del puesto de trabajo y una
profunda comprensión de las expectativas de la compañía respecto al manejo de
los negocios; por ello, pueden ser valiosos formadores o tutores para los
nuevos trabajadores.
Se interesan por
el análisis o el desarrollo de las políticas de objetivos de la empresa y sus
opiniones sobre los procesos de producción, problemas y otras cuestiones
importantes a cerca del trabajo que desarrolla la unidad pueden ser muy
solicitadas, como señalaban Gil, Ruiz y Ruiz.
Desde la óptica
de la empresa, el asunto más importante en esta fase consiste en evitar el
estancamiento de los empleados y asegurarse de que sus habilidades no quedan obsoletas.
    
Etapa de maestría:
Finalmente, las
personas se preparan para un cambio del equilibrio entre actividades laborales
y no laborales. Al hablar de maestría, se suele pensar en trabajadores mayores
que se jubilan y se dedican exclusivamente a actividades no laborales
(deportes, hobbies, viajes, trabajo voluntario).
Sin embargo,
para muchas personas esta etapa no implica una reducción completa de su jornada
laboral, ya que deciden permanecer en la empresa a tiempo parcial trabajando
como asesores. Por otro lado, sin importar la edad, los trabajadores pueden
decidir abandonar la compañía para cambiar de empleo o puesto de trabajo;
algunos se ven obligados a ello a causa de reducciones de plantilla o fusiones.
Las personas que
dejan la empresa suelen reciclarse volviendo a la etapa de incorporación;
necesitan información sobre nuevas áreas profesionales y deben reconsiderar sus
intereses y fortalezas profesionales. Desde la perspectiva de la empresa, la
principal actividad de gestión profesional en esta etapa se centra en la
planificación de la jubilación.
Como he mostrado, las
personas traen al trabajo varias cuestiones profesionales. Además de
desarrollar políticas y programas que ayuden a los trabajadores a afrontar sus
retos de desarrollo profesional (para maximizar su nivel de motivación
profesional), las empresas deben identificar las necesidades de desarrollo
profesional de sus trabajadores.
Un sistema de
planificación de carreras puede ayudar a los trabajadores, a los directivos y a
la propia empresa a identificar necesidades de desarrollo profesional.
Antonio Peñalver

4 comentarios en “El modelo de Desarrollo Profesional”

  1. Respecto a la exposición que hace de diferentes modelos de desarrollo personal en la empresa pienso que realmente el modelo del patrón de dirección es el único que actualmente podemos decir que es acertado.
    Los dos primeros modelos que plantea la entrada del blog nos habla primero del ciclo de vida; indudablemente el individuo pasa por diferentes etapas pero hay profesiones en las que en la misma etapa profesional se puede quedar desde su entrada hasta su retirada del mercado laboral. La segunda nos dice que cambian actividades y las relaciones según la fase pero al igual que antes sabemos que hay profesiones en la que la misma actividad y con los mismos compañeros puede ser la totalidad de la vida laboral del individuo.
    Bajo mi punto de vista opino que el tercer modelo es el más acertado ya cada uno elige su avance ya sea en la elección de su profesión: en un puesto estable o en constante cambio y su propio interés sobre su desarrollo. Un saludo.

  2. Coincido con el comentario de Luis en que el modelo del patrón de dirección resulta más interesante, pero no el más acertado, todos son válidos según para qué situaciones, es más, veo que el modelo del ciclo de vida es muy interesante y demuestra una evolución profesional, pero veo un error que se hable del ciclo de vida sin tener en cuenta la última fase: Declive, puesto que aunque vayas desarrollando tus habilidades diariamente, acabará llegando el momento en el que no puedas avanzar más, o al menos le pasará a la mayoría de los mortales… Muchas veces el puesto que los trabajadores desempeñan, es el mismo durante toda su vida laboral, por desgracia. Entonces claramente el modelo de desarrollo profesional depende de cada individuo y no es más acertado un modelo u otro, sino que se debe enfocar al que más se asemeje a uno mismo.

  3. Los modelos expuestos son interesante, no obstante, no creo que tengamos que ponernos de acuerdo sobre qué modelo de los expuestos es mejor o peor, cierto es que, en cuanto el patrón de dirección, en mi opinión, veo que tiene semejanzas con el modelo de ciclo de vida, en ambos la influencia de las etapas personales o profesionales cobra gran importancia.
    La edad y la antigüedad en las organizaciones son atributos que cobran importancia en estos modelos y en las cuatro etapas profesionales (introducción, crecimiento, madurez y maestría).

    Luis Mª Prada Perrote
    Alumno UAH – ADE

  4. Claro que todos los modelos son interesantes y nunca dije que debamos ponernos de acuerdo en cual es mejor o peor, simplemente dije cual sería mas interesante. Cada persona tiene una perspectiva e ideales concretos y se rige por ello. Vuelvo a citar lo que ya dije anteriormente:
    "Entonces claramente el modelo de desarrollo profesional depende de cada individuo y no es más acertado un modelo u otro, sino que se debe enfocar al que más se asemeje a uno mismo."

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