Calidad Directiva. Mucho más que saber dirigir.

Si los cuadros directivos no son competentes y no pueden mantenerse siempre en los niveles de excelencia que exigen sus organizaciones, por muy bien que este formulada la estrategia empresarial, no se alcanzarán los retos esperados.

Los directivos juegan un rol esencial en las organizaciones ya que han de formular, comunicar, alinear y comprometer a las personas con las estrategias de negocio. No se puede concebir una empresa líder sin un cuadro directivo eficaz.

De ahí, que las organizaciones estén preocupadas por disponer de un equipo directivo de calidad

¿Qué influye en el rendimiento de un equipo?

Estudios reputados, -como el elaborado recientemente por Wharton School -, nos muestran como de las 1000 empresas más admiradas de Fortune  entre el 20% y el 40% fracasan en sus procesos de reorganización y reposicionamiento de negocio, o cómo entre el 40% y 80 % de los procesos de fusiones y adquisiciones fallan. Son datos, sin duda, alarmantes que, con la actual crisis económica, se habrán de incrementar.

Estos estudios muestran como el éxito en la implementación de cambios depende, en gran medida, de una adecuada gestión de personas. Se trata de que las personas conozcan la estrategia de la organización, la entiendan, compartan los planes asociados, se comprometan con los objetivos establecidos y consecuentemente, actúen por y para la consecución de los resultados operativos y de negocio establecidos.

Teorías reconocidas como las de Mcber, Blanchard y McClelland, así como prácticas de éxito de organizaciones claves, nos demuestran empíricamente que los altos niveles de rendimiento y de obtención de resultados de las organizaciones dependen, en gran medida, de la motivación de las personas que la integran. En concreto, McClelland y su equipo investigador de Harvard, demostraron que altos niveles de compromiso y satisfacción correlacionan con altos rendimientos de los equipos y explican hasta un 33% de los resultados de negocio.

Y basándonos en estos estudios, los tres pilares a trabajar por parte del directivo para incidir de manera positiva en la satisfacción y el compromiso de las personas son:
La claridad en las responsabilidades. Los colaboradores han de tener sus roles y objetivos claros, así como recibir el apoyo necesario por parte de sus directivos para poder conseguirlos.

La adecuación del nivel de competencias. Tanto los colaboradores como los directivos han de desarrollar unos comportamiento acordes con las exigencias competenciales – conocimientos, habilidades, rasgos, actitudes, valores y motivos- de sus posiciones y de la organización, en general.

Y el desarrollo de los adecuados estilos de dirección. Cada organización, en base a sus valores, estilo de gestión, objetivos y estrategias, requiere estilos de dirección diferentes. Si bien es cierto que, a la larga, prevalecen unos estilos sobre otros como más eficaces. En concreto, según el estudio de McClelland, los estilos directivos pueden llegar a influir hasta en un 70% en los niveles de satisfacción y compromiso de los colaboradores

Calidad directiva y liderazgo.

Por lo tanto, dos son los retos del directivo en relación con sus colaboradores:
asegurar la realización de las tareas para conseguir los resultados;
conocer y satisfacer sus necesidades personales y profesionales para se implique positivamente en los resultados buscados.

Podemos decir que un profesional dirige con calidad porque actúa como líder y no como director o mando.
John Naisbitt, considerado uno de los más importantes futuristas en el mundo, profesor de la Universidad de Harvard y autor de numerosos bestsellers, entre ellos el conocido ‘Megatrends’, diferenciaba entre management –lo que nosotros denominamos aquí como dirección- y liderazgo. La diferencia entre ambos aspectos radicaba en el nivel finalista e impositivo de las actuaciones: ¿impongo o induzco las decisiones?.
Siendo más concretos y tal vez, mas actuales, podemos decir que dirección, se centra en gestionar la complejidad de las tareas. En este ámbito de actuación, el directivo se centra en actividades como: planificar y presupuestar, seleccionar, establecer objetivos, organizar y asignar tareas, instruir al personal, hacer seguimiento de los procesos, resolver problemas, etc. Nada fácil, por cierto, y totalmente imprescindible.

Si además, hablamos del liderazgo, el directivo de calidad ha de centrarse, también, en gestionar a las personas y el cambio. Y tiene que desarrollar actividades como: fijar el rumbo de la organización, definir la cultura, motivar e inspirar a las personas, alineares en la consecución de los retos, identificar su talento y desarrollarlo, etc. Todavía mucho más complicado.

Podemos asegurar que los principales procesos de gestión de personas donde el directivo actúa se pueden agrupar en:
Implicar y persuadir en objetivos
Realizar planes de acción.
Seguir y corregir desviaciones.
Formar y desarrollar.
Tratar actitudes negativas.
Motivar colaboradores.
Gestionar expectativas

El directivo debe ser consciente de que hay cinco condiciones que impiden ser un auténtico líder a quien carezca de ellas: que no le guste tratar con la gente, que no tenga las ideas lo suficientemente claras, que no disfrute con las responsabilidades, que eluda los problemas y que no le encante conocer y aprender de las opiniones de otros.

El directivo debe saber cómo actúa un líder. Y para ello, debe contar con:
Visión de futuro.
Imagen propia.
Poder de decisión.
Capacidad de innovación.
Capacidad de Panificación, Organización y Delegación.
Estilo propio para motivar a su equipo.
Iniciativa y asunción de riesgos.
Resiliencia.
Humildad.

¿Cuáles son las claves para que un directivo influya positivamente en sus colaboradores?

Para gestionar la complejidad de las tareas y a su vez, gestionar a las personas y el cambio, es vital que el directivo desarrolle unos comportamientos de Comunicación e Influencia interpersonal.

Para implicar y persuadir a sus colaboradores, el directivo de calidad ha de desarrollar las siguientes conductas:
Analizar, previamente a las reuniones o entrevistas, las posibles resistencias con las que se va encontrar.
Escuchar todas las resistencias (practicando la escucha activa) y responderlas con seguridad y sinceridad.
Buscar ventajas y beneficios para el colaborador.
Ser flexible, teniendo en cuenta las sugerencias, si ha lugar.
Favorecer activamente la participación en la decisión. Y no imponer.
Hacer cesiones en aquellos puntos no sustanciales.
Transmitir transparencia al enunciar los posibles inconvenientes.
Establecer planes de acción claros y que comprometan a ambas partes.
Dar responsabilidad en la implementación de los cambios que le permita conocer mejor aquello que critica.

Concluyendo


Los resultados de un equipo correlacionan con el nivel de compromiso y satisfacción de sus componentes. Y a su vez, los comportamientos o estilo del directivo impactan directamente en dicho nivel de compromiso y satisfacción.

Los comportamientos del directivo han de orientarse a gestionar la complejidad de las tareas para obtener resultados y a su vez, gestionar el cambio y las necesidades de personas.

El estilo predominante de cada directivo tiene que ver con el nivel de desarrollo de sus competencias y de cómo gestiona los diferentes procesos de relación con su equipo.

Una de las competencias criticas para que directivo actúe con calidad directiva reside en su capacidad para comunicar e influir en sus colaboradores y resto de personas del entorno.

3 comentarios en “Calidad Directiva. Mucho más que saber dirigir.”

  1. En pocas palabras, un directivo, que no tenga ni cumpla las características de un uen líder, bajo mi opinión, está destinado al fracaso y un mal estilo de dirección que provocará un ambiente de tensión, poca colaboración y nula relación en el ambiente de trabajo.

    Me ha encantado esta entrada tan bien desarrollada y explicada.

    Alumna de la UAH

  2. En cuanto a la importancia del papel del directivo en una organización estoy de acuerdo, ya que es éste el que transmite los valores de la empresa a sus colaboradores. Un buen directivo tiene que ser también un buen líder, es decir no se tiene que limitar sólo a establecer y asignar tareas sino también tienen que motivar a las personas que trabajan con él, hacer que éstos se impliquen en sus tareas, tiene que saber comunicar sus ideas…
    También creo que es importante que los trabajadores se sientan valorados dentro de la organización ya que de esa forma serán más productivos. Aunque no pueda darse una recompensa económica por el desarrollo de su trabajo, puede ser una recompensa emocional, por ejemplo elección de vacaciones, días propios, etc.

    Katherine Granada Pulamarin
    (Alumna UAH)

  3. Tras la lectura interesante de esta entrada, me gustaría destacar donde habla de los tres pilares a trabajar por parte del directivo para incidir de manera positiva en la satisfacción y compromiso de sus colaboradores. Poniendo en valor la adecuación del nivel de competencias, ya que si un trabajador se siente cómodo y realizado con su trabajo, sin estar desganado con la tarea, será más fácil para el directivo efectuar los otros dos pilares, al comprender más claramente sus responsabilidades y adaptándose mejor a los distintos estilos de liderazgo. Por tanto el buen líder, en mi opinión, deberá centrarse en adecuar las tareas con sus trabajadores como principal pilar para alcanzar su compromiso y satisfacción.

    Alumno de la UAH

Los comentarios están cerrados.