“EL QUE NO INVENTA, NO VIVE”

Valores transmitidos por Ana Maria Matute en la entrega del Premio Cervantes.
Por Antonio Peñalver

Ayer tuve la oportunidad de leer el discurso de Ana María Matute por la concesión del premio Cervantes 2010, -el galardón más prestigioso de las letras españolas-, entregado en el paraninfo de la Universidad de Alcalá, (en la que, por cierto, tengo el honor de ser profesor asociado desde hace algo mas de 11 años).

Y leyendo este discurso no he podido dejar de abstraerme en el mismo y extraer conclusiones que, además de a la vida personal, sean aplicables al mundo profesional. Y es que la actividad profesional no tiene razón de ser sino existen las relaciones personales en donde se ponen en juego determinados valores que son necesarios para que se funcione y progrese adecuadamente.

Así, esta catalana de 85 años, hizo un corto y personal discurso sobre su vida, -fundamentalmente la infancia-, y su desarrollo como escritora; Y no sin ironía; destaca algunos valores, -que sin ningún pudor podríamos denominar también virtudes- que la han ayudado a crecer personal y profesionalmente que me gustaría compartir con vosotros:

§         Alegría y Optimismo. Ana María nos confiesa que el galardón recibido le causa alegría y optimismo. Pero, ella en todo momento de su vida, -y eso es lo más relevante-, nos habla de la alegría de poder afrontar retos y de disponer de oportunidades.

La alegría surge espontáneamente de la relación comprensiva con uno mismo y con los demás. Como sugiere José Luis Lorda, la alegría es una de las claves del amor;  amor al que Ana María le da el grado de imprescindible, cuando nos recuerda la frase de San Juan de «el que no ama esta muerto”.
Y uno de sus principales soportes de la alegría es el optimismo. Hay que ver el lado positivo de las cosas; ya que con la visión del pesimista uno se pierde, nada más comenzar, media botella. Además, seriamos injustos si solo encontráramos elementos de amargura.  La alegría nos ayuda  conténtanos con lo que hacemos bien y enfrentarnos con esperanza a lo que sale mal; sabiendo que seguramente, si nos esforzamos, saldrá bien.
Por otro lado, no hemos de olvidar que muchas veces el origen de la tristeza es el excesivo apego que tenemos a nosotros mismo.
Por lo tanto, la alegría que pregona Ana María es un valor que se sustenta en la perspectiva con que vemos las cosas y el optimismo, es decir la automotivación.

§         Auto motivación. Como ya comentaba en el artículo anterior sobre la película Sin Límites, la motivación es ese impulso positivo que hace que las personas actúen y desarrollen altos niveles de esfuerzo para alcanzar sus metas.
Y Ana María matute nos lo demuestra a lo largo de su discurso. Auto motivación que es el motor de labor constante y resiliente de creación continua, creyendo en sus proyectos y personajes, aun cuando tarde en llegar el reconocimiento. Solo se puede seguir progresando si se tienen y desarrollan ideas con ahínco y constancia.
La auto motivación positiva, descrita por ella como “entusiasmo”, ha sido la clave para seguir asumiendo retos personales y creativos.
Y es que como demuestra Mclleland la motivación supone entre 30%, y en ocasiones hasta el 50%, de los resultados de negocio.
§         Innovación. Ese hombre imaginario al que se refiere Ana María en su discurso que “creía en la valentía e inventaba la vida” es el ejemplo de la capacidad de innovación que ha mostrado ella a lo largo de su vida profesional.
      Ella nos habla, en cada momento, de sus diferentes invenciones, fruto de sueños, al referirse a su labor creativa.Como ella comenta: “el que no inventa no vive”. La invención te ayuda disfrutar y a trascender.
Por ultimo, Ana María comenta la audacia es una de las claves de la innovación. Necesitamos asumir riesgos para crecer. Este es sin duda un buen ejemplo de los comportamientos necesarios para desarrollar la innovación.

Prometo tratar de leer toda la biografía de Ana María Matute. De momento, recomiendo Primera Memoria, una historia muy interesante en tiempos de la Guerra Civil.

2 comentarios en ““EL QUE NO INVENTA, NO VIVE””

  1. ¿Qué tal, Antonio? Creo que habría que definir más concretamente eso de "optimismo y alegría" que dice Ana María, porque son términos que se confunden con frecuencia. Optimismo sí, porque lo contrario sería ausencia de fe, pero alegría con la que está cayendo… Momentos sí, pero alegría "en genérico"… Implica perder el sentido de la realidad, y si estamos alegres cuando las cosas están mal, no nos moveríamos para mejorarlo, no tendríamos ninguna motivación para hacerlo.

    Y hablando de la automotivación, por supuesto que es esencial, por esas mismas razones. Por ello es fundamental -y transversal- un entrenamiento de la automotivación, no simples "lecciones" teóricas, porque las habilidades transversales no se aprenden, se entrenan.

    ¿Invención? Claro, es una manifestación del despliegue de la misión personal (casi imposible en Cuba o Corea del Norte), pero por lo mismo, decir que sin invención no hay vida… Depende de lo que uno entienda por vida. Supongo.

    Son temas muy interesantes, desde luego, podría estar horas hablando de ellos.

    Un abrazo.

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