¿Cómo actuaría Nicolás en una empresa?

Esta semana hemos quedado perplejos por la historia de Francisco Nicolás Gómez Iglesias; para todos conocido simplemente
como Nicolás.
Todavía mucha gente se pregunta cómo un joven
de 20 años, con cara aniñada y una educación universitaria elitista,
ha
podido pasarse por representante o testaferro del Rey, como asesor del Gobierno
o como representante del CNI, utilizando coches de lujo y usando un chalet en
el Viso de Madrid como oficina, y estafar bajo estas falsas identidades unos 90.000 euros a incautos. Pero, también asombra
y más que lo anterior, que este personaje se colase en la proclamación del Rey
y saludarle, que consiguiese que le escoltara la policía municipal o que se fotografiase
con múltiples
políticos de primer nivel y con presidentes de importantes
empresas, participando incluso, junto a ellos, en actos serios.

En mi opinión, al margen de consideraciones psicológicas –que
seguro tienen que existir- y basado en los estudios sobre los motivos sociales
de Mclleland y otros, Nicolás se mueve, básicamente, por una alta motivación de
poder, en la vertiente de tener que hacer todo lo posible, -incluso influir en
las personas-, para obtener prestigio y consecuentemente, sobresalir sobre los
demás..
Para él, las relaciones interpersonales es un instrumento
subsidiario para conseguir status y sobresalir.

¿Y cómo se comportaría Nicolás en una empresa? Seguro que
sería un “trepa” simpático.

Sería una persona que siempre buscaría la notoriedad
en la organización. Los comportamientos que podría desarrollar para obtener
status y sobresalir sobre los demás, serían los siguientes:

·        
Trataría de participar activamente en todos los
eventos sociales y profesionales de la organización.
·        
Se colaría en reuniones relevantes de la empresa,
como puede ser la convención de directivos o el comité de dirección, y se encargaría
de que, de forma indirecta, sus compañeros lo supiesen.
·        
Buscaría un contacto, aunque fuera breve  e insignificante, con el director general o
el consejero delegado para tratar de impactarle y explotarlo públicamente.
·        
Se ofrecería para participar y liderar proyectos
relevantes y de visibilidad organizativa.  
·        
En las reuniones de trabajo participaría
activamente y trataría de influir en los demás.

¿Reconocéis este tipo de personajes en vuestras empresas?

Antonio Peñalver

4 comentarios en “¿Cómo actuaría Nicolás en una empresa?”

  1. En mi opinión, a parte de las características descritas, Francisco Nicolás sería un trabajador independiente que busca su propio éxito sin tener en cuenta a los demás. No se comportaría como un compañero dentro de la organización, ni trabajaría en equipo, ya que el solo se mueve por llamar la atención. Se aprovecharía de sus “compañeros” para conseguir lo que quiere sin dar nada a cambio. Este tipo de personas no aporta nada a la organización.

  2. Si la trama del pequeño Francisco Nicolás no se hubiera destapado seguro que en un futuro sería el jefe de una organización de renombre gracias a sus múltiples contactos. Gracias a lo poco (o mucho, según se mire) que conozco de Francisco Nicolás creo que estaríamos ante uno de los jefes mas temidos e insoportables: un jefe toxico. Esta persona trabaja por y para su interés personal sin valorar el gran trabajo que desempeñan sus colaboradores. Tiene un estilo tirano e incluso mal educado acosando psicologicamente a los empleados si no consiguen los objetivos. Ademas, como hemos podido ver se ha convertido con notoriedad en la estrella de los platos de televisión y esa misma notoriedad la llevaría a la organización buscando ser la estrella y acaparando todos los reconocimientos posibles.

    Vanessa González Zamora. Alumna de Liderazgo y Management. UAH

  3. Creo que es acertado compararlo con la teoría de las necesidades de McClelland, ya que estaría en la necesidad del Poder. Las personas que entran dentro de esta categoría son personas con necesidad de poder, están motivadas para obtener y conservar la autoridad. Tienen deseo de influir, adiestrar, enseñar o animar a los demás a conseguir logros. Su modo de comportarse los conduce a ser influyentes, efectivos e impactantes. Hay una fuerte necesidad de hacer liderar sus ideas y de hacerlas prevalecer. Hay una fuerte necesidad de incrementar su poder y su prestigio, su estatus.
    Dicho de otra forma, sienten una necesidad de hacer que otros se comporten de determinada manera, diferente a como hubieran actuado de manera natural.
    Esta gente se agrupa en dos tipos: Poder personal y poder institucional. La gente con una alta necesidad de poder personal desea dirigir e influenciar a otras personas. Sin embargo, Una alta necesidad de poder institucional significa que a esta gente le gusta organizar los esfuerzos de otros para alcanzar las metas de la organización.
    En el caso del Pequeño Nicolás, podríamos afirmar que por su comportamiento le podemos agrupar en la categoría de “Poder Personal”, ya que, todo lo que quería era influir a otras personas para que con ello pudiese obtener más poder.

    Un cordial saludo.
    ANA-MARIA FLOREA.
    Alumna de Liderazgo & Management de la Universidad de Alcalá de Henares.

  4. El Pequeño Nicolás, intentaría empezar directamente en un puesto de alto poder, ya que durante su corta vida siempre ha intentado estar por encima de su competencia y gracias a sus contactos y a ser tan extrovertido (casi hasta aprovecharse de la gente) lo ha conseguido. Creo que no podría empezar en un puesto bajo porque lo que más le importa es su sensación de poder y de status. Probablemente sería un jefe tóxico, ya que se aprovecharía de los empleados de su alrededor para conseguir lo que se propone e intentaría ser la estrella de la organización. También creo que sería muy autoritario y no dejaría que sus colaboradores se interpongan en su camino, de hecho, seguramente fuese narcista e intentaría arrebatarles todos los méritos.
    Un cordial saludo.
    ALBERTO MORENO
    Alumna de Liderazgo & Management de la Universidad de Alcalá de Henares.

Los comentarios están cerrados.