Necesitamos un ajustado número de empleados públicos que, además, sean productivos

Tengo que decir que yo había confiado en que este Gobierno
regenerase a la Administración Pública haciéndola mas eficiente dimensionandola adecuadamente, tras un irresponsable gobierno socialista que había inflado de empleados
públicos la misma.
He tenido la oportunidad de ser recientemente Director General
de Recursos Humanos y Servicios Generales de la Diputación de Málaga, con unos
de los mejores convenios laborales en «ultractividad»,  y he podido comprobar como la herencia socialista
ha dejado una burbuja de empleados públicos, muchos de ellos, bajo procesos
selectivos de dudosa legalidad y desde luego, para cubrir en exceso necesidades
organizativas. Y he luchado por desinflar dicha burbuja, encontrándome con
profesionales que no tienen trabajo real o un desempeño insuficiente, pero que
cuando intentaba rescindir sus contratos estaban blindados por ser funcionarios,
amparados por unos sindicatos politizados y burócratas, así como por un Partido Popular que no se atreve a “poner el cascabel al gato”.
El número
total de empleados públicos de todas las administraciones públicas supera en la
actualidad los 2,5 millones; habiéndose reducido, eso sí, en algo más de un 5%
en los dos últimos años, gracias a la no renovación de plazas. Es una cantidad
exagerada para un País con una población activa de
algo menos de 17 millones personas  y cerca de 6 millones de desempleados.
En la Administración
Pública he podido ver muy buenos trabajadores, aunque algo obsoletos por hacer
siempre lo mismo. Pero me ha llamado la atención la gran cantidad de empleados públicos
con un gran absentismo, un bajo rendimiento y sin un trabajo real. Algunos de
estos, consiguieron su trabajo tras un trabajo laboral temporal y con un dudoso concurso
“publico objetivo”.
En mi opinión,
-a pesar de los ajustes de plantillas ya realizados en el Estado español y sus
administraciones-, sobra un 25% de empleados públicos. Empleados que soportamos
el resto de la población activa (la mayoría en el sector privado con unas
condiciones económicas inestables) y que están convencidos de que tendrán un
salario de por vida porque es un “derecho adquirido”.
En mi opinión,
muchos han votado a este nuevo Gobierno para sacarnos de la crisis
racionalizando, entre otras cosas, el Estado; y en este sentido, no ha sido capaz de hacerlo. Por
ejemplo, he podido apreciar como el Partido Popular no es capaz de rescindir el
contrato a funcionarios interinos que no desempeñaban función alguna por temor
a las movilizaciones sociales (es decir, partidistas).
Existen varias
claves para la optimización de la Administración del Estado: reducirla acorde
con sus necesidades reales, -buscando que solo una administración gestione una
competencia-; y desarrollar mecanismos de extinción de la relación laboral
cuando haya un pobre desempeño. En este ultimo sentido, hay varias directrices
legislativas, pero prácticamente ninguna administración ha sido capaz de incorporar
mecanismos de productividad basados en un adecuado desempeño; y ello, se debe
en parte, a que esta facultad ha sido relegadas a funcionarios que no van desmontar
su favorable “status quo” y que solo ven en estos mecanismos una oportunidad
para mantener su puesto y su retribución variable.
Por  el hecho da haber aprobado unas oposiciones o un
concurso, una persona no puede tener una trabajo de por vida. Al menos, tendrá
que demostrar periódicamente que su trabajo es necesario y que su desempeño es
el adecuado. De lo contrario, ello es “antidemocrático”. Dudo mucho que una
persona que haya conseguido el estatus de empleado público pueda ser eficaz
durante toda su vida laboral sino acredita que se actualiza sus conocimientos  y que su desempeño es el adecuado.
Insto al Estado
a que, al margen de sus conveniencias políticas, ajuste la Administración del
Estado e introduzca mecanismos objetivos de gestión del desempeño y  dimensionamiento organizativo.

Antonio Peñalver

3 comentarios en “Necesitamos un ajustado número de empleados públicos que, además, sean productivos”

  1. Amigo Antonio, Has descrito perfectamente uno de los problemas de nuestro sistema de administraciones públicas. Tu descripción es políticamante incorrecta pero cargada de una gran objetividad. Ni el anterior gobierno socialista ni el actual gobierno han sido capaces de solucionar la situación y me temo que ni estos partidos ni ningún otro será capaz de por lo menos ir paulatinamente atajando el problema. Muy a mi pesar considero que es un mal que nunca tendrá gobierno y créeme que prefiero equivocarme más que mi juicio de valor sea una verdad aboluta.
    Un saludo y abrazo

  2. Gracias, Javier, por tu comentario. El objetivo de mi blog no es ser políticamente correcto, sino abrir espacios de debate dentro del ámbito de le gestión de recursos humanos. Sin embargo, parece que hablar de la administración publica es tabú; No obstante creo qué, indirecta y directamente, sobran empleados públicos y que no es justo disponer de un puesto de por vida aunque se haya aprobado una oposición (en algunos casos, de dudosa calidad), sino se acredita un adecuado desempeño (resultados y competencias), Es más, en todas las organizaciones es sano que exista una sana rotación: ello ayuda a la dinamización e innovación. Y además, evitaría el argumento de contratar asesores externos que, por lo demás, son afiliados políticos.

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