Una clave para la eficacia de los programas de recolocación laboral

Según las expectativas de Ars Outplacement, -basadas en la
consulta efectuada a reputados despechos de abogados laboralistas con los que
colaboramos-, los expedientes de regulación de empleo pueden llegar a

reducirse
en 2014 en cerca de un 50%. Los despidos colectivos seguirán siendo una
realidad, pero su efecto sobre la sociedad socio-laboral española será menos dramática.
No nos engañemos, la fórmula del despido colectivo seguirá siendo una realidad
pero perderá intensidad; al igual, que le sucederá al despido individual.

Por otro lado, los programas de recolocación amparados por
los expedientes de regulación de empleo se están convirtiendo, -por la oferta
existente de este tipo programas y el poco poder económico de las empresas
afectadas-, en una “commodity”. Es decir, se están convirtiendo en una “mercancía”
devaluada que se adquiere por imperativo legal al menor coste posible. 
Ello provoca
que realmente muchos programas de recolocación no aporten apoyo real a los trabajadores
afectados que necesiten ponerse en mercado, de nuevo. Han surgido muchas
compañías dedicadas a este campo que al menor coste posible ofrecen soluciones
virtuales para facilitar la transición de las personas afectadas por los
despidos colectivos. Con eso, las empresas pueden “cubrir el expediente”
legalmente.
Realmente, algunas empresas afectadas por un expediente de
regulación de empleo se “venden al mejor postor” y “lavan su conciencia” con
programas de recolocación virtuales al menor precio posible.
Y ello es una pena. Es un craso error. Porque a las personas
afectadas por un despido colectivo  (y también, individual) realmente les viene bien una buen programa de recolocación, en
donde de forma personalizada se les apoye para poder ponerse en el mercado
laboral de nuevo.
Por un lado, el empresario tiene la responsabilidad moral de
apoyar eficazmente a los trabajadores afectados de forma objetiva por un
expediente de regulación de empleo para que puedan reincorporarse lo antes
posible al mercado laboral. Y para ello, deben hacer el mayor esfuerzo económico
posible.
Pero, además, está demostrado que aquellas organizaciones
que han cuidado los empleados afectados por despidos colectivos con proyectos
adecuados de recolocación, han obtenido un mayor nivel de compromiso con la
viabilidad de la misma de los empleados que se quedan. Así lo demuestra el
valor obtenido en el mercado a medio plazo por empresas que han tenido que
abordar procesos dolorosos de reestructuración dando el mejor trato posible a
las personas que han tenido que salir.
Es por ello que, las organizaciones que han de abordar
procesos de despidos bajo la formula de expediente de empleo, .y por qué no
individual- han de apoyar a los empleados que se han de marchar con buenos
programas de recolocación. Por responsabilidad moral y porque así aseguran la
moral de los empelados de los que se quedan.

 ¡Ojo!: en este campo,
“lo barato a veces es caro y deleznable”.